Cada día me levanto con ganas de empezar la jornada,
disfruto en mi taller,
aunque me toque resolver marrones de todo tipo.
Cosas de la vida.
Me hice alfarero porque tuve la suerte de contar con una formación completa,
desde niño, incluidas la pintura y el modelado.
No provengo de una familia de tradición alfarera.
Fue mi carácter,
proclive a pensar en las musarañas,
al desarrollo de la imaginación y la creatividad,
lo que me llevó a la alfarería
El apoyo de mi familia,
siempre me animaron e incentivaron,
clientes y proveedores…
Gracias a todos ellos, sin su apoyo hubiera sido más difícil.
Mi cerámica creativa
Me niego a resolver los problemas de nadie,
para eso ya están los políticos, el cura o tu pareja.
No estoy aquí para decirte cómo tienes que vivir.
Mi cerámica solo resuelve necesidades básicas:
con qué comer,
como cocinar,
como guardar alimentos y esencias.
También resuelvo nuevos problemas,
me gusta crear cerámica con nuevas funcionalidades,
Los alfareros venimos haciéndolo desde hace 6.000 años,
sin molestar.
Uso un material abundante, económico y respetuoso con el medioambiente.
soy muy técnico…
Desde azulejos personalizados con textos y dibujos,
pasando por murales cerámicos a medida,
hasta Estaciones sensoriales para el Mueso Arqueológico Nacional,
y muchas más aplicaciones que quedan por descubrir.
Desarrollo cualquier tipo de solución en cerámica.
Diseño a medida.
Muchos de estos objetos se realizaron en plástico,
con el único criterio de su bajo coste,
sin ningún valor.
Diseño efímero.
La emoción que nos dan los objetos bien hechos…
se cuidan, se heredan, tienen más de un uso, se mudan contigo, aportan felicidad.
No le pido más a un producto:
que sirva para algo y que me emocione mirarlo, aunque sea un segundo.
Por eso me compran, no es lo mismo… ¡dónde va a parar.!
Se puede vivir con velocidad o con intensidad, hay productos para todos los gustos.
Ensaladera “Lavender” (con palomitas)