Publicado el Deja un comentario

Un alfarero manco

Pajaro picapinos

Parto de ser un currante del barro que trasforma la realidad…

lo de artista vendrá cuando la venta lo identifique…

alfarero y a mucho orgullo…siempre.?

Pero primero tengo que solucionar éste jaleo:

Me lo ha tirado el viento de la Reyerta, se estaba secando…

Si llega a vencer para el otro lado, me destroza el tejado.

No me lo puedo permitir.

No puedo parar de producir ahora. Tengo que estocar en invierno.

Tener la Tienda llena de piezas,

para cuando lleguen los turistas a los campos de Brihuega por la lavanda.

Se está poniendo de moda venir a ver el espliego.

¡Qué cosas.!

Pero primero:

a cortar los puñeteros álamos. No me lo puedo permitir.

Éste es el culpable. Los taladra por mil sitios y los acaba secando. Es muy listo, la madera de roble es dura como la piedra: se va a lo fácil.
La energía, ni se crea ni se destruye. Hace frío en el taller y ayuda a secar las piezas.

El álamo chisporrotea mucho. Al loro con dejar inflamables cerca.

Haciendo stock para los turistas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *